La realidad profesional Españoladel Método Coppolapara dejar de tartamudear
30 años de experienciaMás de 3500 testimonios de los resultadosProfesionales ex tartamudosAhora en España dirigida por el Logopeda ex tartamudo Mascolo
Para superar la tartamudez es importante comprender la individualidad de cada uno, escuchar su historia y sus dificultades.
Descubre nuestro curso online, personalizado a tu medida y diseñado para aprender el camino que te permitirá tener el control de tu lenguaje en cualquier situación de ansiedad.
Primera consulta gratuita
Primera semana gratuita
Lecciones individuales via Skype con el Dr. Mascolo
Una hora de lección diaria durante 4 semanas
¡Aprenderás a pensar y construir las frases sin Bloqueos!
El objetivo es pensar mientras se habla
Un enfoque probado. Desarrollado y perfeccionado a lo largo de los años.
Una tecnica que te permitirá hacer frente, a cualquier tipo de situacion hablando sin el miedo de los bloqueos!
Sabemos exactamente cómo te sientes y te enseñaremos el mismo camino que nos ha permitido dejar de tartamudear
Para conocernos y evaluar cómo podemos ayudarte sin ningún compromiso
Para que puedas darte cuenta de lo que te ofrecemos sin ningún pago adelantado
Para diseñar un curso personalizado a tu medida y escuchar tu historia
¡El curso termina cuando seas tú quien nos enseñe a dejar de tartamudear!
Es la primera vez que conseguimos avanzar en el lenguaje de nuestro hijo. Tiene 8 años y ha podido realizar el curso entendiendo todas las reglas y técnicas del lenguaje. Con el curso ha aprendido técnicas para desarrollar un lenguaje fluido y herramientas para poder utilizar cuando tiene alguna dificultad al hablar. Savio es un profesor muy bueno, las clases son muy amenas y además sabe motivar muy bien a los niños. Es toda una referencia para ellos
Y aquí estoy, mejorando cada vez más y más. Finalmente, quiero agradecerle a Savio Mascolo por todo lo que ha hecho por mí, por su paciencia al enseñarme y por todo lo que he aprendido gracias a él. También agradezco a mis padres, pero Savio se merece gran parte de este mérito. ¡Muchas gracias!
Estoy muy contento por todas las herramientas que he aprendido para mejorar mi habla, así como por haber conocido a un profesor encantador. Este curso me ha dado confianza y me ha hecho sentirme cómodo conmigo mismo. Ahora me siento mucho más a gusto al hablar, aunque sé que debo seguir practicando a pesar de haber terminado el curso.Muchas gracias, Savio, por todo.
Es cierto que todavía tengo que enfrentarme a situaciones que me generan más ansiedad y que debo desarrollar aún más el lenguaje, pero ahora ya tengo las herramientas técnicas y el apoyo de Savio para poder hacerlo.
El curso ha sido un descubrimiento total. Al principio era un poco escéptico porque creía que no había forma de dejar de ser tartamudo y que tendrías que vivir con ello para siempre. Según pasaban las clases y aprendías más, te dabas cuenta de que realmente se puede dejar de tartamudear. He aprendido técnicas que, con entrenamiento y confianza, pueden hacer que dejes de ser tartamudo y así ayudarte a cumplir todos tus sueños. Por primera vez me he sentido muy a gusto con ser como soy. Muchas gracias a Savio y mis compañeros por estas semanas en las que he podido abrirme y aprender de todos ellos. Os deseo lo mejor en la vida. ¡Abrazo enorme!
Es un proceso largo en el cual hay que confiar en ti mismo y trabajar para obtener resultados. Siento que he avanzado mucho en este curso. En un futuro no muy lejano, me veo con esta técnica totalmente interiorizada y con un lenguaje exento de bloqueos.
El curso me fue de mucha utilidad, ya que emplea un método innovador, que no se usa en la logopedia tradicional. Aprendí que, haciendo los movimientos correctos y aplicando correctamente los tres ejercicios, variando la velocidad según el tipo de ansiedad en ese momento, se puede dejar de tartamudear, además de aplicarlos en cualquier situación. Mi idea es seguir desarrollándome en cuanto al lenguaje y, sobre todo, disfrutar del proceso y ser feliz, que es lo más importante en la vida. Aunque también tengo miedos, como posibles recaídas, estoy tranquilo porque sé que tengo todas las herramientas para superarlo. ¡Yo puedo! Y a cualquier persona que esté pasando por lo mismo que yo, le digo que ¡SE PUEDE!
Estoy contenta con mis logros. Empecé pidiendo mi cortado descafeinado de máquina, por fin bien pronunciado. Eso me motivó a seguir usando el método cuando voy a comprar o a pedir en una tienda. Cada logro que consigo me sube la autoestima y confío en el método y en los consejos de Savio. Aprovecho para agradecer a Savio su labor y su profesionalidad. Ha sido un placer hacer el curso con él.
Ahora, con el curso finalizado, me doy cuenta de que esta es la primera técnica en mi vida que realmente ha hecho desaparecer los bloqueos. Empecé el curso con muchos bloqueos y lo terminé prácticamente sin ninguno. Es tal y como dice Savio: "No tartamudeando, se deja de tartamudear".
Cada día nos reuníamos durante una hora para hacer la clase, y creedme... era la mejor hora del día. No importaba cómo había sido mi día ni cómo me sentía; cuando encendía el ordenador y veía a Savio y a mis compañeros de clase, todo cambiaba. La hora pasaba volando, y siempre me daba pena terminar la clase porque todo lo que nos enseñaba Savio era tan interesante que me podría haber quedado cuatro horas más escuchándolo. Fueron días muy mágicos para mí.
El curso con Savio Mascolo me ha abierto un camino que ya no imaginaba recorrer. Estoy segura de que podré llegar a ser una persona fluida con la nueva identidad de habla que estoy construyendo a partir del método Coppola. Tengo la esperanza de que voy a comunicarme bien, no como por arte de magia, sino como resultado de un proceso en el que el uso de la técnica, junto con una sonrisa siempre en el rostro, irán agrandando, poco a poco, la naturalidad de hablar con alegría.
Poco a poco fui adquiriendo soltura hablando con los ejercicios y cada vez dominaba más el lenguaje. Me di cuenta de que con ese lenguaje no íbamos a tartamudear. Cuando me di cuenta de que hablando de esa forma no percibía bloqueos y podía hablar con fluidez, me cambió la forma de ver la vida. Veía que realmente sí que había una forma de superar ese problema, por fin me creía que sí que se podía. Aprender este nuevo lenguaje es como aprender un nuevo idioma: tendrás que estudiar, practicar, hablar. Pues aprender este lenguaje es exactamente lo mismo.
Nosotros también hemos sentido miedo, dudas y frustración.
Lee nuestras historias para descubrir que sí hay solución.
Nunca expresé mi malestar a nadie ni quise hablar sobre mi tartamudez, ya que para mí siempre fue un tema tabú. Por eso, tampoco recibí ningún tipo de terapia en ese momento. No fue hasta mi época adulta cuando decidí visitar a un logopeda, con la esperanza de encontrar una solución. Sin embargo, la experiencia fue horrible; mirando en retrospectiva, aquel profesional no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, y carecía de cualquier tipo de sensibilidad o tacto. Después de esa experiencia, perdí la fe en poder tratar mi tartamudez y me resigné a vivir con ella. El miedo y la ansiedad ante la posibilidad de tartamudear siempre están ahí, y tratar de disimularlo se convierte en una misión de 24 horas al día, lo que puede hacer la vida muy angustiosa.
Recuerdo el día de mi primera comunión. El sacerdote que nos comulgaba nos dio a cada uno un texto que teníamos que leer durante la celebración, delante de todos los invitados. Yo me lo sabía prácticamente de memoria de la cantidad de veces que lo había ensayado en casa. Llegó mi momento, me acerqué al altar, con mi traje de almirante blanco, tomé aire y el sacerdote me dijo: "Te he cambiado el texto, lee este." Mi nivel de nerviosismo en ese momento se disparó. Me bloqueé y tartamudeé delante de una iglesia llena “hasta la bandera.”
En mi adolescencia nos mudamos a otra casa y tuve que cambiar de colegio, y ahí lo pasé bastante peor. Me volví una persona muy insegura, tuve varios momentos en los que tartamudeé mucho y cogí miedo a exponerme en público. Muchos días fingía estar enfermo para no ir a clase y no tener que exponerme a ese problema. En la universidad mi autoestima mejoró mucho, pero seguía teniendo miedo a exponerme delante de mucha gente. En círculos pequeños no tenía demasiados problemas. Cuando acabé mi época de estudiante sentí una gran liberación, pero sabía que sería momentánea y que en algún momento volvería a enfrentarme a mis miedos.
Al principio no estaba seguro de si funcionaría, porque hasta ese momento ya había probado “mil cosas” para superar la tartamudez: psicólogos, logopedas, terapias alternativas, ejercicios de respiración… de todo. El hecho de no encontrar nada que realmente me ayudara era muy frustrante. Tenía ganas de emprender proyectos, aprovechar oportunidades y hablar con todo el mundo, pero este problema me limitaba.
Recuerdo que cuando estaba en el colegio o en el instituto, por las noches pensaba en el día siguiente, en qué situaciones posiblemente me bloquearía y cómo podía intentar evitarlas. Algunas veces, cuando hacían preguntas en clase, aunque supiera la respuesta, no la decía porque sabía que esa palabra no me saldría. Por otra parte, cuando leíamos en voz alta por orden, según nuestro asiento, yo calculaba qué frase me tocaría a mí y, si comenzaba con alguna palabra que me resultaba difícil, intentaba hacer alguna artimaña para leer otra frase que me resultara más fácil. En mi actual etapa en la universidad, cuando he tenido que presentar alguna exposición o hablar con médicos o pacientes, lo he vivido con gran ansiedad, hasta el punto de intentar evitar al máximo dichas situaciones.
También recuerdo que mi primer contacto con un logopeda fue a esa edad. En la escuela teníamos una logopeda que solía sacarme de clase para hacer ejercicios del habla. Muchas veces eso me hacía sentir diferente, y otras tantas venía acompañado de burlas de mis compañeros, algo que continuó prácticamente hasta la edad adulta. Desde entonces, empecé a ver la tartamudez como algo muy negativo.
Para más información rellena el siguiente formulario y contactaremos contigo lo antes posible.