Fabio
La tartamudez me ha acompañado prácticamente durante toda mi vida, desde que era un niño en el colegio hasta mis actuales 24 años, cursando el último año de Medicina. Si bien es cierto que nunca me ha afectado a la hora de establecer relaciones sociales, quizás porque soy el primero en tomar con humor el hecho de tartamudear y no darle más importancia de la que tiene, sí me ha afectado en la expresión de mi máximo potencial en determinadas situaciones y en la capacidad de comunicarme de manera fluida, sin bloqueos, y utilizando las palabras más adecuadas.
Recuerdo que cuando estaba en el colegio o en el instituto, por las noches pensaba en el día siguiente, en qué situaciones posiblemente me bloquearía y cómo podía intentar evitarlas. Algunas veces, cuando hacían preguntas en clase, aunque supiera la respuesta, no la decía porque sabía que esa palabra no me saldría. Por otra parte, cuando leíamos en voz alta por orden, según nuestro asiento, yo calculaba qué frase me tocaría a mí y, si comenzaba con alguna palabra que me resultaba difícil, intentaba hacer alguna artimaña para leer otra frase que me resultara más fácil. En mi actual etapa en la universidad, cuando he tenido que presentar alguna exposición o hablar con médicos o pacientes, lo he vivido con gran ansiedad, hasta el punto de intentar evitar al máximo dichas situaciones.
Es por esto que decidí buscar ayuda y comenzar el curso Hablyo, impartido por Savio Mascolo. Nunca antes había hecho nada similar, así que no sabía con qué me iba a encontrar. Durante los primeros días, tuve sensaciones contrapuestas, ya que, por una parte, había dejado de percibir los bloqueos, pero, por otra parte, el lenguaje que estaba utilizando no se percibía natural. No obstante, con el paso de los días, el lenguaje se fue naturalizando poco a poco, y me fui sintiendo cada vez más cómodo utilizándolo. En mi caso, lo que más me ha costado ha sido aplicar el nuevo lenguaje en mi día a día fuera del curso, ya que son muchos años hablando como un tartamudo, y es algo que cuesta cambiar.
Mirando hacia el futuro a corto plazo, mi objetivo es terminar las prácticas y presentar el trabajo de fin de grado, a ser posible sin tartamudear, para así culminar la carrera de Medicina. A largo plazo, mi deseo es construir una clínica de medicina enfocada al deporte, empezando desde abajo e ir progresando y mejorando día tras día. Mi objetivo en la vida no es otro que ser feliz disfrutando de las cosas que más me apasionan; en mi caso, el deporte, los coches, los viajes y la gastronomía, acompañado de familia, amigos y mi pareja.
Para terminar, es cierto que todavía tengo que enfrentarme a situaciones que me generen más ansiedad y que debo desarrollar aún más el lenguaje, pero ahora ya tengo las herramientas técnicas y el apoyo de Savio para poder hacerlo.
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