Juan
Mi historia con la tartamudez se remonta a mis primeros recuerdos del habla. Desde que comencé a hablar, ya repetía algunas sílabas. Como mi madre también es tartamuda, se dio cuenta muy pronto y empecé a ir al logopeda desde muy pequeño. Al principio, las sesiones consistían en alargar las vocales y hablar más despacio, pero cuando empecé a leer, las sesiones incluyeron lectura con un metrónomo, así como muchas sesiones con los ojos cerrados, repitiendo sonidos y calmándome mentalmente a través de la meditación. Todo esto no funcionó del todo, y siempre he tenido miedo de hablar en público o con desconocidos, por lo que he evitado preguntar en clase o en reuniones, así como pedir cosas por mí mismo en restaurantes. Esto siempre ha sido un impedimento para mí, pero por suerte, la gente más cercana a mi alrededor siempre lo ha entendido. Además, con la gente de confianza, tartamudeo mucho menos o a veces nada.
Ahora que ya soy adulto, me he visto en la obligación de ser completamente independiente de cualquier persona, y quiero poder pedir las cosas libremente en situaciones en las que hablo con desconocidos, como en tiendas o restaurantes. Para ello, me está ayudando mucho la técnica que me ha enseñado Savio que consiste principalmente en tres ejercicios que distraen la mente para no pensar en un futuro bloqueo, así como en diversos lenguajes y frecuencias del habla para eliminar los malos hábitos y el énfasis incorrecto que pongo en distintos sonidos. Estos ejercicios me ayudan a mejorar la fluidez y la confianza al hablar.
En mi día a día, estoy intentando utilizar el lenguaje enfocándome en empezar con las tres primeras vocales más largas, para darme tiempo a pensar el resto de las palabras en la frase junto con los tres ejercicios. Las dificultades que estoy encontrando están en pensar en los ejercicios a mitad o al final de oraciones largas, ya que todavía no tengo la capacidad para pensar en los ejercicios y en las palabras que quiero decir al mismo tiempo. Aunque la velocidad sea baja, no soy capaz de pensar simultáneamente en dos cosas distintas.
Estoy muy contento con el progreso que he alcanzado hasta ahora. Aunque todavía no es perfecto y esporádicamente percibo algún bloqueo, la mejoría ha sido muy grande si lo comparo con el lenguaje y la autoconfianza que tenía antes de hacer el curso. Me siento muy ilusionado y deseo dejar de tartamudear. No obstante, creo que mi lenguaje va a mejorar mucho más, aunque de vez en cuando percibiré algún bloqueo y la tartamudez no se irá completamente. Sin embargo, es todavía demasiado pronto para pensar en eso.
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