Hace poco más de un mes empecé el curso para dejar de tartamudear con Savio Mascolo. Al principio no estaba seguro de si funcionaría, porque hasta ese momento ya había probado “mil cosas” para superar la tartamudez: psicólogos, logopedas, terapias alternativas, ejercicios de respiración… de todo. El hecho de no encontrar nada que realmente me ayudara era muy frustrante. Tenía ganas de emprender proyectos, aprovechar oportunidades y hablar con todo el mundo, pero este problema me limitaba.
Después de años intentándolo por todos los medios y viendo que seguía sin ningún tipo de control sobre mi lenguaje, comprendí que algo no encajaba en todas estas técnicas. El enfoque no era el correcto.
Un día, hace unos dos meses, mi padre encontró el curso de Savio, y me llamó la atención saber que él también había sido tartamudo. Creo sinceramente que solo un tartamudo (o ex-tartamudo) puede entender lo que realmente se experimenta al tartamudear: los miedos, las formas de pensar y las conclusiones a las que llegamos sin siquiera darnos cuenta.
Para mí -y seguramente para muchos otros tartamudos- el problema no se soluciona simplemente descubriendo su causa, respirando mejor o “tratando de estar más tranquilo”. Claro que estos aspectos pueden ayudar, pero la mayoría de las veces nos resulta imposible -o muy difícil- controlarlos por completo, como la respiración o la ansiedad.
Este curso propone un enfoque distinto, distrayendo nuestro cerebro de la percepción de los bloqueos. Al empezar, me pareció imposible aplicar las técnicas en mi día a día, pero hay que confiar en el proceso y desarrollar la técnica poco a poco. Con el paso de las semanas, fui avanzando y logré aplicarlo en situaciones cotidianas. Los primeros días fueron difíciles, ya que hay que cambiar completamente la manera de hablar, y al cerebro no le gusta cambiar.
Ahora llevo algo más de una semana utilizando la técnica y, cada día, la sigo mejorando y descubriendo nuevos aspectos en los que trabajar. Sé que aún me queda camino por recorrer para dejar de percibir bloqueos y cambiar mi forma de pensar como tartamudo. Sin embargo, termino el curso con “la receta” y con pasos muy claros a seguir para continuar mejorando.
En mi opinión, el lenguaje es un proyecto de por vida y siempre se puede seguir puliendo y desarrollando.
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