Nerviosismo y tartamudez - Hablyo
643
post-template-default,single,single-post,postid-643,single-format-standard,bridge-core-3.0,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode_grid_1400,footer_responsive_adv,hide_top_bar_on_mobile_header,qode-content-sidebar-responsive,qode-theme-ver-28.4,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-6.7.0,vc_responsive
 

Nerviosismo y tartamudez

Nerviosismo y tartamudez

El nerviosismo no es la causa de la tartamudez.

La ansiedad es ciertamente un factor que influye en la tartamudez, pero no la determina. Por eso no es posible actuar únicamente sobre el nerviosismo para resolver la tartamudez.
Los bloqueos alimentan estados de nerviosismo cada vez más altos que, en consecuencia, conducen a más bloqueos. Cuanto mayor es el miedo a tartamudear, mayor es el estado de nerviosismo con el que afrontamos las diferentes situaciones cotidianas. Se trata de un círculo vicioso que se alimenta a lo largo de los años.
Por lo tanto, la solución no es eliminar el nerviosismo, sino ofrecer una técnica que permita abordar con éxito estas situaciones.

Al dejar de tartamudear, se establecerá un círculo virtuoso en el que los niveles diarios de nerviosismo volverán a la normalidad.
El nerviosismo es, de hecho, un estado fisiológico que se está presente en cada sujeto y que le permite evaluar la situación en la que se encuentra. Por lo tanto, podemos afirmar que el nerviosismo no solo tiene connotaciones negativas, sino que, por el contrario, la ausencia del mismo implica la incapacidad del sujeto de tener una visión real de lo que le sucede a él y al resto de las personas que lo rodean. Así pues, lo que nos interesa es modificar la relación que un tartamudo tiene con el nerviosismo, ¡proporcionándole una técnica a la que pueda recurrir incluso en las situaciones más difíciles!

Tags: